28 de diciembre de 2009

La Naturaleza. Parte 4

Por KuerVo

Serie "La Naturaleza": Parte 3

¿Quién es el ganador en la competencia de la vida?.



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Los humanos gustan de calcular la plusvalía a todo. Esto es beneficioso, aquello es perjudicial. ¿Es beneficioso reproducirse mucho?

Sobrevivir y reproducirse demasiado puede no ser “beneficioso” en un mundo de recursos limitados.


¿Por qué?


Siempre que la necesidad de recursos supere la disponibilidad de los mismos, habrá competencia. Esto es, que los necesitados tratarán de hacerse de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades antes de que otros los tomen.


Mientras mayor es el número de necesitados y menor la cantidad de recursos, más intensa es la competencia.  Esto es, que las probabilidades de hacerse con los recursos necesario son cada vez menores, si todos los individuos poseen la misma probabilidad de éxito.


Como es previsible, en la naturaleza, con cierta frecuencia, las necesidades superan los recursos, y surge la competencia. Los individuos compiten por alimentos, espacio y, en algunas especies, por pareja.


Los que logran sobrevivir y reproducirse, ganan la posibilidad de transferir su linaje genético a la siguiente generación.  Una mayor cantidad de descendientes incrementa las probabilidades de dicha transferencia.


Este es el escenario en el que, más o menos, los organismos vivos compiten. Y es claro, que esta competencia afecta la forma en que la vida evoluciona. Los ganadores de esta competencia guían los pasos de la evolución.


Supongo que la pregunta inmediata es, ¿quién gana la competencia?


De acuerdo con la SE, el ganador más frecuente es el más apto, adaptable, flexible, en fin, el que deja mayor descendencia.

Parece la respuesta más lógica. La dificultad radica en darle un fundamento matemático que permita determinar quién es, con mayor probabilidad, el más apto, antes de que los competidores crucen la meta.


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