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En términos estrictos, Dios no puede ser concebido, ni definido por la mente humana porque no existe. No existe, y de ser, lo es fuera del conjunto de lo que existe.
La idea del continente que lo contiene todo y que por todo es contenido, no puede definir la naturaleza de Dios, al menos no la del creador de realidades.
En tanto creador, Dios es a los universos lo que un artista a sus obras, lo no real. Aquello que subyace en la esencia de todo lo creado como una expresión de lo inexistente.
Pretender demostrar a Dios es pretender demostrar lo inexistente. Dios es en lo inexistente, nada más puede decirse de Dios, ninguna otra cualidad se le puede otorgar.
La idea del continente que lo contiene todo y que por todo es contenido, no puede definir la naturaleza de Dios, al menos no la del creador de realidades.
En tanto creador, Dios es a los universos lo que un artista a sus obras, lo no real. Aquello que subyace en la esencia de todo lo creado como una expresión de lo inexistente.
Pretender demostrar a Dios es pretender demostrar lo inexistente. Dios es en lo inexistente, nada más puede decirse de Dios, ninguna otra cualidad se le puede otorgar.
Es cierto, adorar a Dios es una falsa piedad, porque nadie puede admirar lo que no conoce ni puede conocer. Todo culto de adoración a Dios es en su esencia trivial, y toda religión es en si misma una falacia. ¿Cómo puede adorar el cuadro al pintor? ¿Cómo puede la novela conocer la voluntad del novelista?
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