11 de noviembre de 2009

Indeterminismo y Libertad

Por KuerVo


Decía Humberto Maturana [1], en una entrevista que hemos colocado en la sección de videos hace un tiempo: Los debates, en tanto debates, nunca se basan en cuestiones triviales donde la certeza es posible. Jamás rivalizamos en lo insubstancial, en lo 2 + 2 = 5. No nos extendemos en fruslerías, en todo caso, y si nuestro interlocutor está dispuesto a dilatarse en semejante fondo, lo primero que haríamos es dejar la discusión, y listo. El debate sólo se sostiene hasta alcanzar consecuencias cuando las premisas fundamentales de nuestros convencimientos están siendo cuestionadas. En otras palabras, nunca se discute lo obvio, sino sus explicaciones.

No discutimos la diversidad de la vida, la redondez de la Tierra, ni la fuerza de gravedad, el debate se plantea en cuanto a alguno se le ocurre dar una explicación de esos “hechos”. ¿Qué produce la biodiversidad?¿Qué hace a la Tierra redonda? ¿Por qué los cuerpos caen?

Debatimos cuando necesitamos convencer de que podemos explicar lo aparente, porque los hechos son independientes de las explicaciones, no una misma cosa [en ocasiones, ni siquiera están relacionados].

Suele pasar, con frecuencia, que una explicación aceptada se asume como el hecho sobre el cual se edifican otras explicaciones. 


A veces esta confusión es tan profunda, que perdemos la capacidad de separar una cosa de la otra. 

Así, la mayor parte de lo que consentimos como hechos son en realidad supuestos, explicaciones aceptadas

Damos por hechos la evolución, la redondez de la Tierra, o la existencia de la gravedad, cuando en realidad estas son explicaciones aceptadas, más o menos aproximadas, de lo que nos resulta aparente. Nos sirven, son útiles, permiten hacer predicciones, calibrar equipos, construir teorías, ignoramos si son o no verdaderas.

Un ejemplo de debate que provoca enconos, es el dado entre los defensores del determinismo y el indeterminismo. Y aun más interesante es el debate entre los que consideran que el indeterminismo es una confirmación de la libertad efectiva, eso que llamamos libre albedrío, y los que no. 


Aun no sabemos si en realidad existe el indeterminismo -aunque los físicos cuánticos tienen muchos motivos para creerlo- cuando ya estamos construyendo sobre él [el neodarwinismo ha hecho algunas construcciones].

La tradición incompatibilista ha estado tantos siglos dándole vueltas al determinismo cuando se les pregunta por la libertad, tanto tiempo pendiente de discutirla en oposición al determinismo, que parece haber dado a entender que lo contrario de determinismo es la libertad”[2]. 


En efecto, mucho del atractivo que manifiesta el indeterminismo tiene relación con esta creencia. Tal parece que algunos asumen, quizá erróneamente, que la libertad es lo contrario del determinismo, de manera tal que ambos son mutuamente excluyentes, y a la falta del uno se confirma la presencia del otro. 

Evidentemente, donde hay determinismo no existe libertad efectiva, pero la falta de determinismo no es garantía de lo contrario. Que una entidad se comporte de forma aleatoria,  no implica que lo haga a su libre albedrío. La libertad efectiva requiere de algo más que indeterminación.

Mucha de esta confusión proviene de la incertidumbre de los fenómenos cuánticos. No obstante, eventos como la desintegración aleatoria de núcleos atómicos poseen una regularidad claramente apreciable en su distribución de probabilidades. Este azar tiene unas reglas y, por tanto, es susceptible de ser explicado, aunque por causas indeterminadas. Lo indeterminado en los fenómenos cuánticos son las causas, no los fenómenos mismos.

No estoy pretendiendo negar la existencia del libre albedrío, sino indicando que el indeterminismo no lo “determina”. Para que un suceso sea el resultado de la libertad efectiva [azar puro], debe carecer por completo de explicación o causa previa.

Las acciones humanas, por ejemplo, se presentan de manera indeterminada, ¿pero puede en verdad un ser humano tomar decisiones libres, decisiones que no respondan a estímulos externos a su voluntad?





* ¿Existe en realidad diversidad?

Fuente:

[1] La Belleza de Pensar. Entrevista con Humberto Maturana. Santiago de Chile, Chile.

[2] López Corredoira, Martín [1975]. Somos fragmentos de Naturaleza arrastrados por sus leyes. Editoria VISION.NET. Madrid Espana.


1 comentario:

  1. A veces me convence tu objetivismo, KuerVo. Es raro, se parece mucho al hipersubjetivismo, pero en realidad es un aferramiento de la única posición objetiva que podemos lograr, el reconocimiento manifiesto de que no sabemos si sabemos. Me encantó la entrevista del biólogo Humberto Maturana, no había tenido la oportunidad de conocerlo.

    Un afectuoso saludo.

    Cesar

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